Inflación en mínimos y el desafío de confiar en el peso

La inflación volvió a sorprender en agosto: el Índice de Precios al Consumo (IPC) cayó 0,03% en el mes, por debajo de lo esperado por el mercado (+0,3%). Las bajas en ropa y calzado, en alimentos y bebidas y en transporte fueron las que más incidieron en la caída, compensando aumentos en educación y recreación.

La inflación interanual fue de 4,2% en los últimos 12 meses, lo que significa que los precios de agosto de 2025 son 4,2% más altos que en agosto de 2024. Con este resultado, Uruguay alcanzó su nivel de inflación interanual más bajo desde mayo de 2024 y completa 27 meses consecutivos dentro del rango meta de 3% a 6% fijado por el Banco Central.

Ante esta mejora persistente de la inflación, el Banco Central comenzó a insistir en un tema de fondo: la confianza en el peso uruguayo. Aunque los uruguayos consumen y cobran mayormente en pesos, siguen prefiriendo ahorrar y fijar varios precios en dólares.

Aquí entra el concepto de desdolarización. No significa prohibir el uso del dólar ni restringir el ahorro en esa moneda. Se trata, en cambio, de reducir la dependencia del dólar como referencia para fijar precios, contratos y créditos, fortaleciendo al peso como la verdadera unidad de cuenta de la economía.

¿Por qué es importante?

  • Menos contagio del tipo de cambio a los precios. Si los valores están en dólares, cualquier suba del tipo de cambio se transmite rápidamente. Con precios en pesos, las expectativas quedan más firmes.

  • Política monetaria más efectiva. Cuantos más contratos y préstamos estén en pesos, mejor funciona la tasa de interés del BCU para ordenar el consumo y la inversión. En esa línea, el gobierno viene emitiendo nuevos títulos en pesos nominales para ampliar las opciones de ahorro en moneda local.

  • Menos riesgos para hogares y empresas. Quienes cobran en pesos pero se endeudan en dólares quedan expuestos a saltos cambiarios; más financiamiento en pesos reduce esa vulnerabilidad.

  • Más transparencia. Ver y comparar precios en pesos evita distorsiones y hace más clara la decisión de gasto.

Por eso, el BCU evalúa exigir que los precios se exhiban obligatoriamente en pesos, aunque también puedan mostrarse en dólares. La medida apunta a reforzar al peso como la referencia natural de la economía

La importancia de este paso es clara: sin confianza en el peso, la estabilidad de precios queda a medio camino. Una economía donde todo se piensa en dólares es más vulnerable a shocks externos, más difícil de gestionar con política monetaria y más riesgosa para familias y empresas que generan sus ingresos en pesos.

SOFIA KATZENSTEIN

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