Riesgo y retorno: dos conceptos interconectados (Parte 1)

Hablar de inversiones es hablar, inevitablemente, de riesgo y retorno. Son dos conceptos que en el mundo financiero van siempre juntos, como si fueran socios inseparables. Entenderlos es el primer paso para tomar decisiones de inversión más conscientes, realistas y alineadas con nuestros objetivos.

Pero ¿qué significa realmente riesgo en una inversión? En pocas palabras, es la posibilidad de que los resultados no sean los que esperábamos. En el día a día, esto puede traducirse en ganar menos de lo previsto, en ver que el valor de nuestra inversión sube y baja de forma impredecible, o incluso en perder dinero. Aunque parezca un concepto subjetivo, la teoría financiera lo define con precisión: el riesgo es la variabilidad del rendimiento de una inversión (Sharpe, 1964). Esto quiere decir que el riesgo se asocia con la incertidumbre de no saber con certeza cuál será el rendimiento final de nuestra inversión, cuanto más varían los posibles resultados, más riesgo implica.

No todo riesgo es igual

Esta idea, que parece abstracta, se puede observar con claridad en ejemplos muy simples. Pensemos en un bono emitido por un Estado confiable, que promete pagar una tasa de interés fija del 5% anual. Si ese Estado tiene una buena calificación crediticia y estabilidad económica, el riesgo de que no cumpla con ese pago es bajo. Por el contrario, si invertimos en una empresa nueva, en plena expansión, con un modelo de negocio disruptivo y sin probar, es posible que tengamos la posibilidad de ganar mucho más... pero también es muy posible que la empresa no crezca como esperábamos, o incluso que quiebre (tan solo 1 de 10 start ups logran sobrevivir más allá de los tres años). Esa es la esencia del riesgo: asumir que el futuro es incierto.

Este riesgo tiene muchas formas. Algunas de las más comunes son:

  • Riesgo de mercado: Es la posibilidad de que el valor de una inversión baje por cambios en el entorno económico general, como crisis financieras, subas de tasas de interés o conflictos geopolíticos.

  • Riesgo de crédito: Ocurre cuando el emisor de un instrumento de deuda (como un bono) no puede cumplir con los pagos prometidos de capital o intereses.

  • Riesgo de liquidez: Es la dificultad para vender una inversión rápidamente sin tener que aceptar un precio significativamente más bajo.

  • Riesgo país: Es el riesgo asociado a invertir en un país donde las condiciones políticas, económicas o regulatorias pueden afectar tus inversiones.

  • Riesgo inflación: Es el riesgo de que el retorno de tu inversión no supere a la inflación, y por lo tanto, pierdas poder adquisitivo.

  • Riesgo de tipo de cambio: Aparece cuando invertís en activos en otra moneda y esa moneda se devalúa respecto a la tuya.

¿Qué ganamos al invertir?

Ahora bien, ¿qué ganamos cuando decidimos invertir a pesar de todos estos riesgos? Aquí entra en juego el concepto de retorno. El retorno es el beneficio que obtenemos al invertir nuestro dinero, ya sea en forma de intereses, dividendos, o por la apreciación del valor de un activo (la suba de su precio a lo largo del tiempo). Hay un retorno que solemos ver en los folletos o plataformas de inversión, el llamado retorno nominal, que indica cuánto ganamos en términos brutos. Pero también existe el retorno real, que es lo que efectivamente ganamos una vez descontada la inflación. Y este último es el que realmente importa: es el que define si aumentamos o no nuestro poder adquisitivo.

Un ejemplo cercano: si invertís en un plazo fijo que te paga un 8% anual, pero ese año la inflación fue del 10%, tu ganancia nominal es 8%, pero tu ganancia real es negativa. Es decir, perdiste poder de compra. Por eso, comprender el retorno implica no solo mirar el número, sino el contexto económico en el que ocurre.

Riesgo y retorno, entonces, no pueden pensarse por separado. En el próximo artículo vamos a profundizar en esta relación: cómo se equilibran, por qué están tan conectados y qué herramientas tenemos para gestionar el riesgo sin dejar de invertir.

LUCIA CARBAJALES

Sharpe, W. F. (1964). Capital Asset Prices: A Theory of Market Equilibrium under Conditions of Risk. The Journal of Finance.

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