De Washington a Londres: política monetaria y comercio en foco

En una semana de reuniones y decisiones de bancos centrales, los mercados se mantuvieron estables, casi sin cambios respecto al cierre de la semana anterior.

Continúan las negociaciones en materia de comercio internacional, con EE. UU. anunciando su primer acuerdo con el Reino Unido. Este acuerdo mantiene los aranceles en un mínimo del 10%, pero los reduce en algunos casos, como en los sectores automotor y del acero (donde eran del 25%). Además, el Reino Unido se comprometió a reducir o eliminar barreras no arancelarias para exportaciones estadounidenses y abrirá su mercado a productos agrícolas provenientes de EE. UU.

EE. UU. anticipó que próximamente se anunciarán más acuerdos y que este fin de semana comenzarán las negociaciones con China. Estas podrían incluir, desde el inicio, una reducción del impuesto a la importación desde el 145% actual a un rango de entre 60% y 80%, como gesto inicial para facilitar el diálogo.

La Reserva Federal celebró esta semana una de sus ocho reuniones anuales y decidió mantener las tasas de interés en el rango de 4,25% a 4,50%. En sus comentarios, mencionó que han aumentado los riesgos tanto de un incremento del desempleo como de una suba de la inflación, debido a los cambios en el comercio internacional. Este escenario podría derivar en una estanflación, es decir, menor crecimiento económico junto con una inflación más elevada. Si bien existe una fuerte presión por parte del gobierno estadounidense para que la Fed baje las tasas, el organismo mantiene por ahora su independencia y no ha cedido a interferencias políticas.

En el Reino Unido, el banco central redujo las tasas de interés en 25 puntos básicos, del 4,50% al 4,25%, en una votación dividida. La decisión respondió a preocupaciones por el impacto negativo de los aranceles globales y la incertidumbre económica. El objetivo es apoyar el crecimiento, dado que la inflación se mantiene cercana al objetivo del 2%.

Las tasas de los bonos subieron levemente en la semana, con la tasa del bono a 10 años de EE. UU. cerrando en torno al 4,40%. La postura de la Fed de esperar a ver más datos antes de realizar movimientos, sumada a la incertidumbre sobre la evolución de la inflación, llevó a que los bonos reflejaran mayores tasas de interés.

AGUSTIN QUEIJO

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