Señales de alivio: Menor tasa de interés y menos trabas

El Banco Central del Uruguay recortó este martes su tasa de política monetaria (TPM) en 25 puntos básicos, llevándola a 9%. Aunque el ajuste es leve, marca un gesto importante: la inflación está bajando, las expectativas también, y hay margen para empezar a relajar una política monetaria.

La decisión se apoya en varios datos clave. En junio, la inflación interanual se ubicó en 4,59%, dentro del rango objetivo (3%–6%) y muy cerca de la meta central del BCU: 4,5%. La inflación subyacente (que excluye precios volátiles como frutas, verduras y combustibles) también sigue bajando, aunque los precios de servicios y productos no transables (como educación, salud o alquileres) muestran más rigidez.

Asimismo, las expectativas de inflación a 24 meses (el dato que más mira el BCU) también se moderaron: 5,2% para analistas y mercados, 6% para empresarios, con un promedio de 5,5%, dentro del rango de tolerancia por tercer mes consecutivo. Para el BCU, esto es una señal de credibilidad creciente: hace un año y medio estaban en 6,5%. Hoy marcan el registro más bajo desde que se mide.

En este contexto, el Comité de Política Monetaria deja la puerta entreabierta: si la tendencia se consolida, podría haber nuevas bajas de la tasa. Por ahora, la política sigue siendo contractiva: busca anclar expectativas sin frenar la economía. 

Y mientras el BCU recorta tasa, el Ministerio de Economía también movió fichas: anunció 13 medidas para reducir costos y facilitar el comercio exterior. El paquete incluye digitalización de trámites, eliminación de tasas y licencias, y simplificación de procesos, con un impacto estimado de US$ 20 millones menos en costos para empresas.

En conclusión, la inflación se mantiene bajo control, las expectativas mejoran, y eso abre un margen para empezar a relajar la política monetaria. La baja de la tasa no es solo un gesto técnico: es una señal de confianza en que el régimen funciona. Por su parte, las medidas del Ministerio de Economía apuntan a bajar costos y simplificar procesos para las empresas, con impacto directo en la competitividad y el comercio exterior. 

SOFIA KATZENSTEIN

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